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Pastoral 24 SEPTIEMBRE 2023

Pastoral 24 de Septiembre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira

¡Día de la Expiación! ¡Yom Kippur!

Corría el mes de octubre del año 1973. Una coalición de ejércitos árabes liderados por Egipto y Siria irrumpió sorpresivamente en territorio israelí el 06 de ese mes, justamente el día de la fiesta del Yom Kippur. La pretensión árabe era recuperar la península del Sinaí, al sur y los Altos del Golán, al norte, que habían sido capturados por Israel durante la guerra “de los Seis Días”, en 1967.

Los combates duraron hasta el día 25, en el que el cese del fuego negociado por la Naciones Unidas encontró a Israel, no solo pudiendo retener esos territorios, sino aun ampliando su extensión. Fue llamada “La Guerra del Yom Kippur”, e hizo muy conocida esa fecha tan especial del calendario religioso de la nación hebrea.

 

De hecho, el Yom Kippur es la sexta fiesta ordenada por el Señor nuestro Dios al pueblo de Israel, llamada en la Biblia – el Día de la Expiación, y comúnmente conocido como “el día del perdón”. Es el día más elevado y sagrado en el calendario bíblico-judaico. Su nombre proviene del verbo hebreo “kipper”, expiar, y a su vez proviene del verbo “kafar”, cubrir. “Kippur”, pues, viene a significar: cubrir, cancelar, perdonar, reconciliar. Es decir, se trata del acto de propiciar los pecados, cubriéndolos por medio de un sacrifico expiatorio.

 

Es un día de arrepentimiento nacional. Israel se presenta colectivamente delante de Jehová, clamando por misericordia, perdón y gracia. Para algunos es la fiesta más importante y solemne del año judío, aún más importante que el Pesah – la Pascua – y que la de Sukkot – la de los Tabernáculos o de las cabañas. Alguien la llamó “el corazón del Pentateuco”.

 

Era, también, la mayor expresión simbólica de la expiación, el perdón de los pecados. Recibía el distintivo de Shabbat Shabbaton, es decir, el gran día de Sábado, o “el sábado de sábados”. Con toda probabilidad sea “el ayuno” mencionado en Hechos 27:9 y esto tiene que ver con la expresión “afligiréis vuestras almas” del siguiente texto:

 

27 A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. 28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. 31 Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. 32 Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo. (Levítico 23:27-28, 31-32).

 

Nueve días pasaban entre la Fiesta de las Trompetas – Rosh HaShannah – y el Día de la Expiación. Cinco días después de esta última llegaría la Fiesta de los Tabernáculos, en hebreo Sukkot. El día primero del mes Tishrí, que corresponde a septiembre u octubre en el calendario gregoriano (nuestro calendario), es el primer día del nuevo año civil judío, cuando se inaugura el tiempo solemne del arrepentimiento y preparación para el Día de la Expiación.

 

Los días previos al Yom Kippur, desde el día en que se toca el Shofar (Rosh Hashannah), son llamados “días terribles” (yamim nora’im), “días de arrepentimiento” o “días de asombro”, en los cuales se afligen sus almas ante Dios, hasta llegar el día de la expiación, entre la tarde del noveno y la tarde del décimo día y en él se recibe la bendición del perdón de Dios. Era un día de gran solemnidad, también llamado “Día del Gran Shofar”, y se debía seguir un rito con absoluta prolijidad y sin errores.

 

Tal vez, más que fiesta – debido a su carácter solemne y dedicado a la reflexión y contrición – deberíamos llamarle, como leemos en Levítico 23:27“santa convocación”. Aunque al final de ella y, sabiendo que Dios extendía su perdón al pueblo, este celebraba en términos festivo un día tan especial. Pero antes de celebrarlo, Israel debía reconciliarse con Dios.

 

Aún hoy en día para este pueblo, aunque la celebración no tiene casi nada que ver con lo que Dios enseña en la Biblia, por la inexistencia del Templo en Jerusalén, es la celebración más importante de su calendario, siendo dedicada a la reflexión, al ayuno y a la oración. Pero, ¿en qué consiste hoy en día la Fiesta del Yom Kippur? Obviamente está muy distante del ritual levítico, pues no hay Templo, ni sacerdotes, ni posibilidad de sacrificios de animales. Por eso, los rabíes judíos han sustituido algunas ceremonias y ritos por elementos más sencillos.

 

Para nosotros, los creyentes en Jesucristo – el Mesías, comprendemos que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Por lo tanto, éste es un tiempo para celebrar la Obra Perfecta realizada por Cristo en la Cruz del Calvario. Este, pues, es un tiempo para celebrar la Redención establecida por Jesús en Su bendita Sangre. ¡Feliz Yom Kippur! ¡Hag Yom Kippur Sameah!

 

En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.