Pastoral 01 OCTUBRE 2023

La Pascua – Pesah. “Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”.

La Pascua se originó poco antes del éxodo, en el día 14 de nisán o abib. Los hebreos estaban cautivos en Egipto, donde Dios ordenara que faraón los liberara para que le adoraran en el desierto. La resistencia de faraón, trajo 10 plagas sobre la tierra. Juicio vendría sobre Egipto.

Entonces, Dios ordenó, por medio de Moisés que los hebreos se alistaran para la liberación: cada casa sacrificó un cordero, poniendo la sangre de él en los postes y dinteles de sus puertas. A la medianoche el ángel de muerte pasó por Egipto y murieron todos los primogénitos, desde la casa de faraón hasta la familia más humilde. Así, todo Israel fue librado.

Este primer Pesah se cumplió en Cristo, pues Pablo declara en 1 Corintios 5:7: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”. Y Pedro declara que nuestra libertad vino por Cristo en 1 Pedro 1:18-19.

Los Panes sin levadura – Hag HaMatzot. (Levítico 23:6-7). “⁶ Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. ⁷ El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.”

Esta fiesta sigue Pesah y dura siete días. Cristo es el pan del Cielo sin puro y sin pecado. Fue sacrificio perfecto. Él declaró al tomar el pan: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado (Lucas 22:19). El apóstol Pablo nos dice en 1 Corintios 5:7: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.

Pan sin levadura habla de la vida del cristiano que necesita estar separada del mundo, sin contaminación. Después de redimidos, debemos vivir vidas santas, separadas. Pablo exhorta a todos a esta separación en 2 Corintios 6:17 – “Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré”.

Este es el mensaje de Dios para hoy en esta fiesta de siete días, cada año: Si una persona no tiene el deseo de vivir una vida santa, con toda probabilidad no sea redimida, aunque haya profesado fe en el Cordero.

Los Primicias – “Hag Bikurim”. “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega.  Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá”. (Levítico 23:10-11).

En esta Fiesta, una gavilla de la cosecha de cevada era llevada al sacerdote, que la mecía hacia el Lugar Santísimo. Se llamaba “ofrenda mecida”, que era quemada en señal de consagración de toda la cosecha futura. En Juan 12:24 leemos: “De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Cristo murió por nosotros y resucitó como primicias de los que durmieron. (1 Corintios 15:20). Jesús es el verdadero “primer fruto” de la gran resurrección de todos los creyentes.

Pentecostés – Hag Shavuot. Esta Fiesta venía 07 semanas después de Pesah, en la cual el sacerdote mecía dos panes que representaban judíos y gentiles; el A.T. y el Nuevo. Es también llamada “Fiesta de las Cosechas”. En ella, el Espíritu Santo cumplió como el Consolador pedido por Jesús al Padre y trajo la Cosecha más extraordinaria de frutos en un solo momento. Así nos dice Hechos 2:41: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”. Pentecostés es la mantención del Poder de Dios en la Iglesia para la cosecha final. Santiago 5:7-8 nos dice: “⁷ Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. ⁸ Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”.

Trompetas – Hag Teruah. “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.” (Levítico 23:23-24). Esta Fiesta ocurre en el primer día del mes séptimo, siendo el inicio de las últimas fiestas – otoño. Desde el cautiverio babilónico, Israel pasó a marcar el calendario civil a partir de esta fecha. Por eso, marca lo nuevo de Dios que estaba por venir. Además, prefigura el llamamiento de la Trompeta de Cristo “al final de su era” en 1 Corintios 15:52: “..en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”

La Expiación – “Yom Kippur”. “También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios”. (Levítico 23:26-28).

Yom – día; Kippur – cubrir o borrar nuestros pecados. En esta fecha el Sumo Sacerdote entraba por única vez en el año para rociar la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio, la Presencia de Dios.

Hebreos 2:9 y 9:7 nos dicen: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.” “Pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo”. Jesús es nuestro amado Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec. En Jesús tenemos el Cordero Inmortal de los siglos y a la vez el Sacerdote Eterno que nos garantiza eterna salvación.

Tabernáculos – “Hag Sukot”. “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días.  El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis”. (Levítico 23:33-36). Esta Fiestas ocurre cinco días después de Yom Kippur, y recuerda los 40 años de Israel por el desierto rumbo a la Tierra Prometida, viviendo en tiendas o casas temporales. Hasta el mismo Dios moró con ellos en un Tabernáculo, figura de Cristo que se haría tabernáculo entre nosotros. Juan 1:14 nos dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Es la última de las fiestas y apunta para el Reino de Cristo definitivo sobre la Tierra, señalando el día en que tendremos una “morada permanente en la Casa del Padre”.

¡Cómo necesitamos rescatar las riquezas de estas celebraciones del Señor! Estamos en plena semana de la Fiesta de los Tabernáculos y aprovechemos para proclamar sobre los cielos de nuestras cabezas que Aquel que prometió hacernos Morada en la Casa del Padre, vendrá otra vez y establecerá Su Tabernáculo definitivo con los hombres, según Apocalipsis 21:3-4.

En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.